Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre! (Gálatas 4:6)
Pensamiento: Las primeras vocalizaciones de muchos bebés son las sílabas “ab, ab, ba, ba”. En la época de Jesús, ese era el nombre que los bebés usaban para sus padres. Cuando Dios nos salvó, nos dio su Espíritu. El Espíritu Santo nos bendice de muchas maneras, pero una de las principales bendiciones es su obra en nosotros en la oración. Él intercede por nosotros cuando las palabras no son suficientes (Romanos 8:26-27) y nos ayuda a acercarnos a Dios con familiaridad, dependencia y respeto llamando a Dios nuestro Abba Padre.
Oración: Abba Padre, muchas gracias por amarme, salvarme e invitarme a formar parte de tu familia. Gracias por el Espíritu Santo, que me está ayudando ahora en este momento mientras comparto mis pensamientos, palabras y emociones con ustedes. Gracias, querido Padre, por darme el poder de ser lo que tú quieres que sea. En el nombre de Jesús. Amén. |