Versículo:
Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres, para ser vistos de ellos; de otra manera no tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos. Cuando, pues, des limosna, no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados por los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. (Mateo 6:1-2)
Comentario:
Vivimos en un mundo tan complejo y disperso de valores morales y éticos que ya no sabemos lo que está bien o mal a los ojos de la sociedad. Algunas personas se empeñan en alardear de sus logros y favores para adquirir notoriedad.
Otros no ayudan a nadie más, porque concluyen que todos los que se muestran necesitados mienten o quieren aprovecharse. Jesús tenía un conocimiento exacto de la naturaleza humana y de todo lo que el hombre es capaz de hacer para beneficiarse a sí mismo usurpando a otro. Sin embargo, no nos indica que dejemos de ayudar a los necesitados, sino que lo hagamos para agradar a Dios y ser servidores más cercanos a Él en actitud.
Nuestra alegría debe ser la recompensa por el favor hecho al prójimo, no las palmaditas en la espalda ni los titulares. Cuando ayudamos a una persona necesitada sin esperar nada a cambio, tenemos la oportunidad de ser “las manos de Dios”. Esto nos acerca verdaderamente a Él.
Oración:
Señor, que no busque elevar mi espíritu falsamente por la aprobación de otros, sino que calladamente Te glorifique y pueda obrar de manera positiva como llevado por Tus manos, en la vida de otros.