Versículo:
Estad quietos, y conoced que yo soy Dios; Seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra. Jehová de los ejércitos está con nosotros; Nuestro refugio es el Dios de Jacob. Selah. (Salmos 46:10-11)
Hoy concluimos nuestra serie de reflexiones sobre el Salmo 46. Un canto de alabanza, en el que hemos observado cómo el escritor sagrado alababa la actitud de Dios al custodiar y sostener a sus siervos.
Esta forma de actuar de Dios, a favor de los que le temen, sirvió de letra, música e inspiración al salmista para cantar su alabanza y magnificar al Señor. Pero su actitud no era el resultado de una formalidad, una casualidad o un compromiso, era una actitud sentida en el corazón y vivida día a día.
Y esto se hace evidente cuando el salmista narra que Dios se anuncia al pueblo, de manera directa e incisiva, para no dejar dudas ni cuestionamientos: “¡Estad quietos, y conoced que yo soy Dios” El propósito de esta narración era recordar al pueblo dos cosas:
– No hay nadie -persona, pueblo, ejército- más poderoso que el
Dios mismo.
– Él es el lugar seguro donde podemos ir y quedarnos quietos para ser
¡sostenidos, cuidados y elevados!
Este fin de semana, medita en el mensaje de seguridad y alabanza del Salmo 46 y tómate unos momentos para reflexionar sobre el gran poder de Dios y lo mucho que quiere actuar en nuestro favor y recibirnos en sus brazos.
Oración:
Señor, gracias por ser mi refugio en tiempos de angustia y el libertador de mis miedos e inseguridades. Confío en Tu poder magnífico que me sostiene y me guía. Amén.