Versículo:
Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento. (Salmos 23:4)
Comentario:
El verso 4 del Salmo 23, concentra toda la fe experimentada por el hombre que lo escribió. Describe sucesos que formaban parte de su vida cotidiana y que, por tanto, eran probables.
A nadie le gusta pensar en lo malo, en las tragedias, en las pérdidas; tendemos a destacar sólo lo positivo, es una característica humana, natural en cada uno de nosotros. Pero las desgracias nos rodean y nos afectan a lo largo de nuestra vida.
En este verso, el salmista declara, “aunque” – no había pasado nada, el peligro de muerte era inminente, a causa de los ladrones que afligían a los pastores de ovejas en Palestina. Pero aun así, aquel siervo se declaró a salvo por la acción protectora de su Dios. ¡Eso es fe!
Y aunque sucediera algo, el bastón del Señor, que representa su fuerza y su poder, estaría a su lado para sostenerlo.
Un Dios presente y acogedor es conocido y experimentado por aquellos que lo buscan con un corazón quebrantado y un deseo de conocerlo. “aunque” – no ha pasado nada. Pero si lo hace, Él estará ahí para ti… ¡crea!
Oración:
Señor, que tenga presente que aunque hoy mi presente puede ser estable, mañana, aún en medio de la dificultad, se llegase a alcanzarme, Tu vara me infundirá el aliento, la fortaleza y la fe, para sortear tal dificultad y retomar Tus caminos de bien y Tu grandiosa voluntad.
