Escucha:
“A fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte, si en alguna manera llegase a la resurrección de entre los muertos” (Filipenses 3:10)
Piensa:
El versículo de hoy nos muestra el grandioso clamor del corazón del apóstol Pablo mientras buscaba mantener una relación de vida tan amplia y profunca con Dios que las prueba y circunstancias apremiantes que transitaba en aquel momento no fuesen notables. Es decir, tal como Cristo lo hizo, Pablo seguiría su ejemplo y a pesar de las adversidades se fortalecería en la debilidad.
Creo que esta es una lección sabia y clara para una vida plena junto a Dios: a pesar de las muchas pruebas y problemas que puedan desalentarnos y agotarnos en el camino, debemos ser siempre conscientes de que nuestro Padre guarda la fuerza y el poder que necesitamos para obtener la victoria, solo con una condición, buscar de Él y hacerlo presente en cada aspecto de nuestra vida, pidiendo que nos bendiga en cada paso que demos.
La lección de Pablo, es sencilla, pero poderosa: Si dejamos en manos del que todo lo conoce, el rumbo de nuestros pasos; jamás estaremos perdidos.
Ora:
Señor, fortalece en la debilidad, y hazme consciente, en medio de la preuba, que camino contigo y que tu poder tiene la capacidad de sobreponerse a cualquier fuerza que itente derrumbarme. Lléname de tu calma y tu paz, en las adversidades, sabiendo que siempre me acompañas. Amén.