Escucha:
“Y no adopten las costumbres de este mundo, sino transfórmense por medio de la renovación de su mente, para que comprueben cuál es la voluntad de Dios, lo que es bueno, agradable y perfecto”. (Romanos 12:2)
Piensa:
No adoptes las costumbres de este mundo. Si lo haces, el mundo te vencerá. Es así de simple; por eso, no dejes que el mundo te presione para moldearte con su forma.
En su lugar, transfórmate por medio de la renovación de tu mente. Para vencer al mundo, deberás transformar tu mente y pensar como Dios piensa. En otras palabras, cuando veas algo en la Palabra, declara: “Estoy de acuerdo con eso. De ahora en adelante pondré en práctica eso mismo, en lugar de lo que yo pienso”.
Por ejemplo, cuando el pecado llame a tu nombre, no respondas. Ponte de acuerdo con la Palabra, y confiesa: “Yo ya morí a ese pecado. No existe nada que pueda arrastrame de regreso”.
A medida que haces eso, empezarás a transformarte. ¡Y te encontrarás viviendo como un vencedor del mundo!
Ora:
Señor, que tus promesas fortalezcan mi fe, cuando me atrape la duda. Ayúdame a recordar que en Ti nada es imposible y que tu obra solo da lugar al regocijo, paz y gozo, de todos los que te siguen y creen en Ti. Amén.