Escucha:
“Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo” (1 Corintios 15:57)
Piensa:
El versículo de hoy refleja una de las más poderosas promesas de Las Escrituras: Dios ya garantizó su éxito. Permítame explicarle lo que quiero decir. Imagínese que usted está a punto de emprender un trabajo muy difícil, y antes de empezar a hacerlo, Dios le habla de manera audible y expresa: Quiero que sepas que voy a encargarme personalmente de que este plan en el que estás trabajando salga bien.
Ahora bien, quiero que sepa que cuenta con la promesa de Dios de que triunfará. En Su Palabra Él afirma que usted es vencedor. En Él usted puede vencer cualquier dificultad que el mundo ponga en su camino (1 Juan 5:1-5).
No importa cuán perdedor se sienta, ni cuantas veces haya fracasado en el pasado. Si usted cree que Jesús es el Cristo, el Hijo del Dios viviente, entonces ha llegado a ser más que vencedor en Él (Romanos 8:37).
¿Quiere decir que ya no tendrá más problemas? No. Simplemente significa que podrá hacer frente a la dificultad y triunfar.
Si usted ha estado pensando que es un fracasado, renueve su mente con la Palabra de Dios; en ésta se afirma que usted puede tener éxito en todo. Siempre que se le presente un reto, confiese: ¡Alabado sea Dios!, puedo vencer en esta situación porque Jesucristo ¡ya me ha hecho vencedor! Ponga esa Palabra de Dios en su corazón, ella hará de usted un vencedor.
Ora:
Señor, por tu presencia y compañía en los tiempos de lucha, estoy agradecido. Ayúdame a confiar cada día que junto a Ti puedo librar las batallas que la vida me plante y celebrar, guiado por Tu Palabra, las grandes victorias que guardas para mí. Amén.