Escucha:
“Jesús mismo se acercó, y caminaba con ellos” (Lucas 24:15)
Piensa:
Nuestro Padre nunca envía a un hombre solo. Él abre un camino claro a través de la espesura de los bosques y de allí nos llama en voz baja: “Sígueme. Continuemos juntos, tu y yo. ”
Él ha estado en todos los lugares donde se nos llama a ir. Sus pies han allanado una senda a través de todas las experiencias de nuestra vida. Él conoce todos los caminos y los conoce bien: el camino que atraviesa el valle de la desilusión con sus sombras oscuras, la senda escarpada de la tentación, la senda estrecha del dolor, el camino vertiginoso por las alturas de la victoria, el viejo camino trillado de la rutina de la vida diaria.
Dios todos los caminos los conoce y los ha recorrido y glorificado y los recorrerá de nuevo con cada uno de nosotros. La única manera segura de viajar es teniéndolo a nuestro lado y dejando que Él tome el control.
Deja que el Señor, te guíe en el recorrido, deja que Él camine a tu lado.
Ora:
Señor, acompáñame en cada trayecto, sin importar que haya mal o buen tiempo, si está presente el dolor de una angustia o el regocijo de una victoria, si es un camino ya recorrido. confórtame en cualquier senda y situación y mantente a mi lado. Contigo tengo todo lo que necesito para continuar andando y cumplir los propósitos que tienes para mi. Amen.