Palabra:
“Con sus plumas te cubrirá, Y debajo de sus alas estarás seguro; Escudo y adarga es su verdad” (Salmos 91:4)
Una hermosa metáfora nos entrega el salmista en este versículo: asi como una ave cuida a sus polluelos de los depredadores cubriéndolos en su regazo, Dios nos protege del mal, de la tentación, del ataque de nuestros enemigos brindándonos un resguardo seguro bajo sus alas. Es la misma protección amorosa e incondicional de una madre a sus hijos; tierna para dirigir, pero feroz y valiente hacer frente a cualquier amenaza.
En la segunda parte del versículo se agrega a la seguridad de su presencia, la noción de resistencia y fuerza ante las circunstancias adversas: La verdad de Nuestro Padre, es nuestro mayor escudo y su verdad es la adarga, la cobertura de oro que da mayor fortaleza a ese escudo. La declaración de esta última parte es clara: Mi fe es fuerte porque sé que mi Dios es fiel y su fidelidad es mi escudo y mi verdad.
Pensamiento:
Cuando estamos bajo resguardo de DIOS, no hay enemigo que pueda derrumbarnos.