Escucha:
“Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros” (1 Pedro 5:7)
Piensa:
¿La carga es pesada? Échala sobre el Omnipotente. Ahora es tu carga, y te oprime; mas cuando la lleva el Señor, no pesa. Si todavía debes llevarla, «Él te sustentará». La carga es tuya y no lo es. De tal modo serás sostenido que para ti será una bendición.
¿Y en el momento presente? ¿Piensas ir solo al encuentro de las pruebas de este día? ¿Quieres que sean tus hombros llagados de nuevo con la carga opresora? No seas tan insensato. Cuéntale al Señor todas tus penas y deposítalas en Él. No arrojes tu carga para volverla a tomar: échala sobre el Señor, y déjala allí. Así podrás caminar con holgura cantando las alabanzas de Aquél que te sostiene en tus penas.
Hoy decido soltar la carga que llevo en las manos de quien me cuida.
Ora:
Señor, gracias por sostenerme y fortalecerme. Te alabo por tus bondades que permanecen alrededor de mi. haz de Tu paz y serenidad la mía, de manera que pueda descansar cada una de las cargas que hoy me aquejan, en Tu poder y voluntad que todo lo pueden, sabiendo que de ellos, obtendré el resultado de bien, sin importar las circunstancias que enfrente. Amén.