Escucha:
“Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo” (Efesios 4:32)
Piensa:
El escritor Alexander Solzhenitsyn, ganador del Premio Nóbel, escribió: «Descubrí poco a poco que la línea que separaba el bien del mal no pasa a través de estados, ni entre las clases, ni entre los partidos políticos, sino justo a través de cada corazón humano… e incluso en el mejor de todos los corazones, siempre queda un pequeño rincón no desarraigado de maldad.»
La clave para entender el bien y el mal es tener una perspectiva bíblica del corazón humano (Hebreos 4:12). Esperar sólo lo bueno del comportamiento humano nos deja parcialmente ciegos. Humildemente tenemos que discernir el bien del mal.
Seamos tolerantes. Aprendamos a convivir cuando encontremos diferencias. Pero aun más importante, dirijamos nuestra vida siguiendo la brújula moral de la Palabra inspirada de Dios. Ésta provee los medios de discernimiento moral en un mundo complejo y confuso.
Ora:
Señor, ayudame a conducir cada uno de mis pasos por las sendas que me muestra Tu Palabra. Concédme el discernimiento para distinguir en cualquier circunstacia, la maldad que me aleja de ti, de la bondad que me permite cada día permanecer cercano a Tu presencia. Amén.