Escucha:
“Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes” (Efesios 6:13)
Piensa:
A veces olvidamos que como seguidores de Cristo, enfrentamos a un enemigo peligroso; un adversario espiritual que busca hacernos caer y destruirnos. Gracias a Dios, el Señor nos ha provisto de una protección y nos insta a vestirnos para la batalla espiritual.
El versículo de hoy, no insta: «Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes».
Después, Pablo describe nuestra armadura: yelmo, coraza, escudo, espada, cinturón y calzado. Estos componentes del equipo espiritual solo son eficaces si nos los ponemos y los usamos, aunque, al principio, nos sintamos incómodos. Fidelidad a la Palabra (v. 17), oración (v. 18) y testimonio (vv. 19-20) son esenciales para que lleguemos a sentir que la armadura es parte de nosotros. Así que, ¡vistámonos! ¡La batalla ha comenzado!
Ora:
Senor, en todo momento agradezco los acontecimientos que ocurren en mi vida, todos tienen sus enseñanzas y aprendizajes que me hacen mejorar con tu ayuda cada vez, ahora te pido que me llenes de sabiduría y fortaleza, guía mis pasos para vestirme con Tu armadura y mantener la estabilidad ante cualquier hecho negativo que se produzca, sabiendo que todo se resolverá, porque estoy contigo. Amén.