Escucha:
“Entonces nacerá tu luz como el alba, y tú salvación se dejara ver pronto; e irá tu justicia delante de ti, y la gloria de Jehová será tu retaguardia” (Isaías 58:8)
Piensa:
Uno de los desafíos más importantes que adquirimos, al decidir caminar junto a Dios, es visualizar aquello que debemos llegar a ser. El Señor a través de su palabra, nos proporciona numerosos ejemplos de lo importante de esa visualización, de en qué debemos convertirnos, de cómo es su reino. En Apocalipsis 21:1-4 las escrituras nos brindan la imagen del futuro junto a Él a través de “un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más” una tierra en donde “Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos” y no habrá “más llanto, ni clamor, ni dolor”.
Así, es la palabra, la guía que nos indica, el camino y la llegada, a través de sus descripciones futuras, nos da una idea de adonde debemos llegar y en que debemos convertirnos para arribar a ese punto, pero en cada una de nuestras vidas.
Reconozcamos cada día la necesidad de conocer más del Señor y mediante las escrituras, abramos nuestros ojos para ver el futuro en el que se encontrará Él esperándonos con sus brazos abiertos al final del camino. Obremos cada día en el bien, visualizando ese futuro, para así armarnos de la confianza, fe y coraje necesario, para seguir en ÉL, adelante, obedeciéndole y sirviéndole con gratitud.
Oración:
Señor, dame la voluntad y la fuerza para servirte, obedecer tu palabra y mediante ella cumplir tus instrucciones. Guíame a que mis acciones me lleven a ser heredero de tus promesas y a merecer el futuro de amor, paz y regocijo que solo Tú ofreces. Amen