Escucha:
“Oh Jehová, tú me has examinado y conocido. Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme; Has entendido desde lejos mis pensamientos. Has escudriñado mi andar y mi reposo, Y todos mis caminos te son conocidos.” (Salmos 139:1-3)
Piensa:
El mundo de hoy es un mundo convulsionado, en el que cada ser humano, se enfrenta de manera mas frecuente a inseguridades, temores, sufrimientos, confusión. Ante esa realidad se hace claramente necesario, enfocar nuestras energías hacia una contemplación y hacia un conocimiento más profundo de Dios.
Se trata además de una acción recíproca hacia al Señor, que en su inagotable e incondicional amor, nos conoce completamente, dando cuenta de nuestras acciones y omisiones, de nuestros comportamientos más nobles, de nuestras flaquezas más profundas. Tal como lo dicta la promesa de hoy, a Él “todos nuestros caminos le son conocidos” y ese cuidado y conocimiento de nosotros, es para siempre.
Vayamos entonces cada día conscientes de la tarea necesaria que es buscar de Dios, devolviéndole con nuestro servicio, su amor y misericordia. Recuerda que El Señor no se esconde; los que quieren conocerlo pueden. No nos presiona, sino que espera con paciencia, porque quiere que cada uno de nosotros lo deje entrar en su corazón .
Hagamos que lo primero en la vida sea conocerlo a Él.
Ora:
Señor, Gracias por la promesa que nos regalas de acompañarnos siempre y reconocer completamente cada uno de nuestros caminos. Fortalece nuestra voluntad para conocerte cada día más y seguir con obediencia las sendas de Tú palabra . Amén.