Escucha:
“Mas si desde allí buscares a Jehová tu Dios, lo hallarás, si lo buscares de todo tu corazón y de toda tu alma” (Deuteronomio 4:29)
Piensa:
El Señor nos entrega la hermosa promesa de que si lo buscamos de todo corazón, lo encontraremos en cualquier circunstancia y podremos descansar en Él, todas nuestras angustias. Dios ha impregnado cada corazón con el deseo genuino de buscarlo; unos se hacen conscientes de este deseo y emprenden la obra, otros por su parte, lo ignoran y toman otro camino.
De cada uno es la decisión, de convertirse en el hombre de fe que ama a Dios por que Él nos amó primero. De cada uno es el deber de buscarlo, en su palabra y mediante la oración, encontrarlo, siempre como El Señor espera; presto y a brazos abiertos.
Ora:
Señor, siempre que te busco, puedo encontrarte. Gracias por tu presencia incondicional, que me brinda la calma y la paz que necesita mi corazón, en cualquier circunstancia. Amén