Pero Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Romanos 5:8
A todos nos gusta sentirnos deseados. Piensa en cómo te has sentido cuando alguien te ofreció un trabajo, te eligió para un equipo o te invitó a un evento especial. Ese sentimiento de ser escogido toca algo profundo en nuestro interior. Uno de los aspectos más extraordinarios de la fe cristiana es que Dios no es distante ni indiferente: Él nos busca activamente. A lo largo de la historia, ha actuado de manera decisiva para revelarse y demostrar Su amor por nosotros.
En un mundo dominado por la competencia, el poder y las apariencias, sentimientos como la soledad, el rechazo y el desánimo pueden convertirse en grandes amenazas para el alma. Sin embargo, toda la Escritura —a lo largo de siglos y continentes— narra una misma historia: la incansable búsqueda de Dios por tener una relación contigo. Él es el verdadero amante de tu alma.
Si hoy te sientes desanimado o poco valioso, recuerda esto: no hay pecado que pueda alejarlo de ti ni fracaso que frustre Su plan para tu vida. Otros pueden rechazarte, pero tu Salvador te ha aceptado plenamente. Has sido adoptado en Su familia para siempre, y Él te ha dado todo lo que necesitas para la vida y la piedad. Dios te quiere… siempre.
Padre, gracias porque me amas y me buscas aun cuando no lo merezco. Ayúdame a creer con todo mi corazón que soy aceptado y amado por ti. Sana las heridas del rechazo y la soledad, y afirma mi identidad como tu hijo. Quiero vivir confiado en tu amor constante y descansar en tu gracia cada día. En El Nombre de Jesús, Amén.