He hallado a David hijo de Isaí, varón conforme a mi corazón, quien hará todo lo que yo quiero. Hechos 13:22
¿Puedes imaginar un objetivo más alto en la vida que ser una persona conforme al corazón de Dios? Aunque David no fue perfecto, esta fue la razón por la que Dios lo elogió. Su vida nos muestra cualidades que todo creyente debería procurar imitar, y cuatro de ellas se destacan de manera especial.
Primero, David priorizaba su comunión personal con Dios. Su relación con el Señor era íntima y constante; bastaría con leer los Salmos para notarlo. David hacía de la adoración y la meditación en la Palabra de Dios un hábito diario.
Segundo, mostró una profunda disposición a obedecer. Sin importar lo que Dios le pidiera, David lo hacía con reverencia y entrega. En dos ocasiones tuvo la oportunidad de matar a Saúl, pero eligió no hacerlo, demostrando respeto y obediencia a Dios por encima de sus emociones.
Tercero, David tuvo el valor de poner su fe en Dios. Su confianza era tan firme que enfrentó a Goliat cuando nadie más se atrevía, creyendo que el Señor pelearía por él.
Cuarto, David mantuvo un espíritu de siervo. Aun cuando Saúl buscaba matarlo, David continuó sirviendo fielmente y dejó que Dios fuera quien lo vindicara.
Seguir el ejemplo de David es decidir vivir con un corazón rendido, obediente y lleno de fe. Ser una persona conforme al corazón de Dios significa buscarlo sinceramente, confiar en Su dirección y obedecerle en todo. No hay llamado más alto que ese.
Señor, quiero tener un corazón conforme al Tuyo. Enséñame a caminar en obediencia, a confiar en Ti con valentía y a servirte con humildad. Haz que mi vida refleje Tu voluntad y que cada decisión esté guiada por Tu Espíritu. En el Nombre de Jesús, Amén.