Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho. Santiago 5:16
A menudo nos resistimos a compartir nuestras luchas con otros. El orgullo, el miedo al rechazo o el deseo de parecer fuertes nos mantienen en silencio. Pero la Palabra de Dios nos recuerda que la responsabilidad mutua no es una carga, sino una bendición. Estamos llamados a caminar juntos, apoyándonos a través de la oración, el consejo y el ánimo.
Ser responsable significa permitir que alguien hable la verdad sobre tu vida, incluso cuando es difícil de escuchar. Requiere honestidad, humildad y vulnerabilidad. Por medio de esta práctica, Dios trae sanidad, protección y crecimiento. Sin responsabilidad, el pecado puede prosperar en secreto; con ella, somos fortalecidos y preparados para presentarnos ante el Señor con integridad.
Si aún no tienes un compañero de responsabilidad, pídele al Señor que te provea uno. Elige a alguien que te anime, te desafíe y camine contigo en la fe. La oración mutua, la confesión y el apoyo crean una base sólida de amistad espiritual que Dios bendice abundantemente.
Señor, ayúdame a caminar con humildad y verdad. Pon en mi vida personas que me animen, me desafíen y me acompañen en mi caminar contigo. Enséñame a ser transparente, devoto y responsable, para que pueda crecer más fuerte en Ti y reflejar Tu amor. En El Nombre de Jesús, Amén.