Tú eres mi refugio; me guardarás de la angustia; Con cánticos de liberación me rodearás. Salmos 32:7
No importa cuál sea el desafío o el enemigo que enfrentes hoy: puedes encontrar un refugio seguro en el Señor. Entrégale tu vida, confiando en que Él permite solo aquellas pruebas que, al final, te acercarán más a Él y te harán crecer.
David lo entendió bien. Mientras huía del rey Saúl, perseguido y amenazado, halló paz, consuelo y fuerza en la presencia de Dios. Aunque las acciones de Saúl parecían incomprensibles y dolorosas, Dios utilizó cada dificultad para moldear su corazón y prepararlo para un propósito mayor.
Lo mismo aplica para ti. La oración constante y el tiempo en la Palabra son los medios más confiables para refugiarse cuando llegan las tormentas. Allí aprendes a rendirte, a confiar y a esperar Su momento perfecto. La liberación puede tardar, pero siempre llegará en el tiempo que más glorifique a Dios y te fortalezca. Mientras tanto, Él te rodea con Su protección y te cubre con canciones de liberación.
Señor, tú eres mi refugio y mi escondite. Enséñame a confiar en Ti cuando el miedo me rodea y la vida se siente incierta. Protégeme del daño, fortalece mi fe y permíteme descansar en Tu abrazo seguro. En El Nombre de Jesús, Amén.