A Jehová tu Dios temerás, y a él sólo servirás, y por su nombre jurarás. Deuteronomio 6:13
¿Estás realmente comprometido con Jesús? Si tu corazón le pertenece, ¿qué lo motiva: el deseo de obtener algo para ti mismo o un amor y respeto genuinos por Él? Esto es crucial, porque habrá momentos en los que seguir a Cristo será difícil y costoso. En esos instantes, cuando la fe se vea puesta a prueba, pregúntate: ¿Prefiero obedecer a Dios y dejar que Él bendiga mi vida, o desobedecer y pasarme los días preguntándome qué habría hecho Él si hubiera confiado plenamente?
Es una pregunta que invita a la reflexión profunda. Muchos creyentes han recordado con pesar ocasiones en que su voluntad egoísta los llevó a servirse a sí mismos en lugar de a Dios, dejando escapar bendiciones y oportunidades de crecer en Él. La debilidad surge cuando los cimientos de nuestra devoción son equivocados.
No caigas en ese error. Ancla tu vida en un corazón que le tema al Señor y le sirva únicamente por quien es Él. Tal devoción no se decepcionará jamás, porque Dios es fiel para recompensar la obediencia con Su presencia, Su paz y Su propósito perfecto.
Señor, purifica mi corazón para que te sirva con amor y reverencia genuinos. Ayúdame a obedecerte no por lo que puedo recibir, sino por quién eres Tú. En los momentos de prueba, dame fortaleza para confiar plenamente en Tu voluntad y caminar firme bajo Tu guía. Llena mi vida con Tu presencia y propósito. En El Nombre de Jesús, Amén.