Abres tu mano, Y colmas de bendición a todo ser viviente. Justo es Jehová en todos sus caminos, Y misericordioso en todas sus obras. Salmos 145:16-17
Cuando hablamos de satisfacer nuestras necesidades, a menudo, si nos embarga una angustia, el miedo a la dificultad nos lleva a que miremos a todos y a todo olvidando muchas veces a Dios. Buscamos respuestas en multitud de lugares, algunos útiles y otros perjudiciales para nuestro espíritu. Pero la Fuente última para proveer todo lo que necesitamos es el Padre. Él trabaja a través de una variedad de métodos e instrumentos, pero en última instancia, Él es el Autor y Creador de todo lo que necesitamos, tanto en lo material, externo, natural, y el reino físico y en el emocional interior, mental, y espiritual.
Muchas de las formas en las que el Señor nos ayuda se pueden encontrar en Su Palabra, que nos enseña las formas correctas e incorrectas de encontrar sentido y satisfacción. Pero la mejor noticia acerca de los métodos de Dios para satisfacer nuestras necesidades es que no hay efectos secundarios negativos. No nos quedan sentimientos residuales de ansiedad, culpa, frustración o vergüenza. Más bien, cuando miramos al Señor como nuestro Proveedor, Él responde de una manera que nos deja con una profunda paz interior, satisfacción y un sentido de plenitud. Por lo tanto, examina si estás buscando algo que no sea Dios para tus necesidades y vuelve a Él para que responda a los anhelos de tu alma.
Sólo Él puede satisfacer lo que tu ser necesita.
Padre, reconozco que Tú eres la fuente única y esencial de todo lo que necesito: física, emocional y espiritualmente. Perdóname por buscar, en medio de mi angustia, en otros lugares, para satisfacer mi alma. Ayúdame a acudir a Ti siempre de primero sin importar la prueba que atraviese, confiando en Tu perfecta provisión. Lléname de paz y satisfacción mientras busco Tu guía y provisión. Elijo confiar en Ti hoy y siempre. En El Nombre de Jesús, Amén.