Esto os mando: Que os améis unos a otros. Juan 15:17
No hace falta hacer una encuesta ni un estudio para darse cuenta de que el mundo está hambriento de amor auténtico. Para los que no conocen el amor de Dios, el espacio vacío en sus corazones les roe continuamente, independientemente de si reconocen conscientemente el vacío o no. Muchos intentan llenar ese espacio con un sinfín de distracciones o adicciones, mientras que otros buscan atención o cualquier afecto que puedan encontrar por el momento.
Por eso, cuando se trata de compartir el amor perfecto e incondicional de Dios con los demás, no faltan los que lo aceptan. Por ello debes tomarte en serio tu papel de representante de Cristo y tratar a los demás con amabilidad. Tienes un Salvador y Amigo que no sólo ve más allá de tus defectos, sino que sacrificó todo por ti. Él atiende tus necesidades, te da una nueva identidad y provee para todo cuánto tengas falta. En circunstancias difíciles y tiempos de confusión, sabes que Él nunca te dejará ni te abandonará.
Has sido bendecido enormemente del amor que Jesús ha derramado sobre ti; ahora, compártelo con otros que están sufriendo. No los rechaces a causa de su pecado, sino condúcelos al Salvador que los redime de él. El campo del ministerio del Señor, está abierto de par en par, y corresponde a cada uno de nosotros, desde nuestras realidades y posibilidades. Sé un ejemplo del amor de Cristo.
Señor, haz de mí un instrumento de tu amor para todos los que conozco, de forma que puedan llegar a Ti, seguirte y servirte y ser dignos de disfrutar de Tus maravillosas promesas. En El Nombre de Jesús, Amén.