Hijo mío, si recibieres mis palabras, Y mis mandamientos guardares dentro de ti,…Entonces entenderás el temor de Jehová, Y hallarás el conocimiento de Dios. Proverbios 2:1,6
Hay una gran diferencia entre las relaciones que tienes con quienes te demuestran amor incondicional y quienes te demuestran que sólo les importas cuando haces lo que ellos exigen. Los primeros te aman de verdad por lo que eres; los segundos sólo tienen un interés egocéntrico en ti. Lo mismo ocurre en tu relación con Dios. Si le buscas sólo cuando necesitas algo, tu relación con Él será unilateral y tu crecimiento espiritual se verá obstaculizado.
Moisés comprendió esto, y por eso se comprometió a pasar tiempo con Dios, escuchándole, teniendo comunión con Él y meditando en Su verdad. Quería que su relación con el Señor fuera creciente, vibrante y completa. ¿Cómo sabemos esto de Moisés? Porque dijo: “te ruego que me muestres ahora tu camino, para que te conozca, y halle gracia en tus ojos; y mira que esta gente es pueblo tuyo… Si tu presencia no ha de ir conmigo, no nos saques de aquí.” (Éxodo 33:13, 15). Moisés deseaba experimentar la presencia y el favor de Dios incluso más de lo que deseaba entrar en la Tierra Prometida. Comprendió que una relación íntima con el Padre siempre sería más satisfactoria que cualquier otra cosa que el mundo pudiera ofrecerle. Así que si el Señor no era parte de las cosas que él quería-si no eran lo mejor para la vida de Moisés-no valía la pena tenerlas.
Por ello te pregunto: ¿anhelas más de tu relación con el Señor? Recuerda que tu amor por el Salvador crecerá cuando te tomes el tiempo para estar con Él. Por supuesto, la intimidad conlleva riesgos. Pero cada vez que te sientas tentado a contenerte, recuerda que Dios dio todo lo que tenía para que pudieras conocerlo y para que pudiera demostrar Su amor incondicional hacia ti.
Señor, quiero conocerte como Moisés: con profunda comunión e intimidad. Revélate a mí, Padre. Enséñame a escuchar atentamente Tu voz, a apreciar Tu presencia y a caminar en obediencia a Tu voluntad. Te abro mi corazón, anhelando experimentar la profundidad de Tu amor y comprensión. Ayúdame a buscarte no sólo por lo que Tú puedes darme, sino por lo que Tú eres. Que mi relación contigo sea cada día más profunda. En El Nombre de Jesús, Amén.
