Todos los días del afligido son difíciles; Mas el de corazón contento tiene un banquete continuo. Proverbios 15:15
La mayoría de nosotros, en un momento u otro, nos hemos encontrado en la necesidad de una buena e inspiradora charla que nos anime. Quizá hayamos perdido algo importante en un momento dado, o quizá nos sintamos abatidos y necesitemos una motivación extra. Cualquiera que sea la situación, es útil tener a alguien que nos consuele en nuestra preocupación, nos inspire a la acción y nos conduzca a la victoria.
Este fue sin duda el caso de Josué cuando se planteó entrar en la Tierra Prometida (Josué 1:1-10). Probablemente puedas imaginar lo desesperado que se sentía Josué. Todavía conmocionado por la muerte de su amigo y mentor, Moisés, el pesado manto del liderazgo había caído sobre sus hombros. Ante él se extendían los obstáculos aparentemente insuperables de conquistar una tierra llena de fuerzas hostiles con un pueblo mal equipado para la lucha. ¿Cómo podría arrebatar la victoria de las fauces de una derrota segura?
En lugar de abandonar a Josué a su suerte, Dios le dio las instrucciones necesarias. Le dijo que se levantara y se pusiera en marcha, pues Él mismo despejaría su camino. «Sé fuerte y valiente», le dijo. «no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas» (Josué 1:9).
Amigo, Dios te está dando esta misma charla de ánimo hoy. Así que no desmayes y deja que tu espíritu quebrantado sea consolado. Independientemente de tus circunstancias problemáticas, ten valor en Su promesa de que Él está contigo «dondequiera que vayas». Porque ciertamente, como lo hizo con Moisés y Josué, El Señor peleará por ti; y sólo necesitarás estar quieto (Éxodo 14:14).
Padre, gracias por animar mi espíritu e infundir Tu alegría en mi corazón. Guíame como hiciste con Josué y dame esperanza. Ayúdame a confiar en Tu presencia y en Tu fuerza, sabiendo que Tú siempre estás conmigo. No importa cuán grandes parezcan los obstáculos, caminaré con valentía porque sé que Tú luchas por mí. Gracias por Tus promesas de guía y protección. Que Tu paz me llene, y que mi corazón rebose de alegría al saber que Tú tienes el control de cada situación que enfrento. En el nombre de Jesús, Amén.
