Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho. Juan 14:26
¿Alguna vez no sabes qué espera Dios de Ti? Anhelas seguirle, obedecerle y «andar por el Espíritu» (Gálatas 5:25), pero no sabes exactamente cómo hacerlo. Para algunas personas parece tan fácil, pero de alguna manera, la práctica se te escapa. No es tan difícil como crees. Caminar en el Espíritu significa simplemente obedecer las inspiraciones iniciales que serán colocadas por Él en tu corazón.
Lo haces entrenándote para ser consciente de la presencia de Dios contigo en todo momento. Cuando sientas que Él tira de tu corazón para que emprendas una acción, obedece, aunque no entiendas del todo por qué te está guiando a hacerlo. Por ejemplo, puedes sentirte convencida de abandonar una conversación, quitar un programa de televisión, o salir de un lugar que es cuestionable para Tu avance personal. Lo más probable es que el Espíritu te esté advirtiendo sobre una tentación de pecar a la que no podrás resistirte, a menos que obedezcas de inmediato.
O quizás alguien viene a tu mente durante el día. Sabes que esa persona ha estado pasando por un momento de dificultad y podría necesitar tu apoyo. El Espíritu puede querer ministrar a esa persona a través de ti, y Él seguramente te dará las palabras correctas para animarla en dicho momento. Del mismo modo, el Espíritu Santo puede guiarte a buscar una oportunidad que nunca imaginaste que tomarías. Lo más sabio es someterse a Su plan, sin importar si tiene sentido para nosotros o no.
El Espíritu del Dios viviente conoce todas las cosas, incluyendo el futuro, y Su dirección es siempre para tu beneficio. No sólo estarás en el camino de la verdadera vida, siguiéndole fielmente, y sin condiciones; sino que también la experimentarás en su máxima expresión.
Señor, permite que Tu Santo Espíritu guíe cada uno de mis pasos. Hazme también consciente de sus inspiraciones e impulsos en mi vida, de forma que pueda yo, obedecerte fielmente, y cómo lo deseas, en todas las cosas. En El Nombre de Jesús, Amén.
