Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo. Y hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo. 1 Corintios 12:4-7
El plan que El Señor ha trazado para Tu vida, no ha sido entregado en el vacío. Tu Padre Celestial te ha dotado con dones espirituales para que alcances todo aquello para lo que Él mismo te ha preparado en el Cuerpo de Cristo.
Dichos dones, han sido entregados para que podamos edificar a nuestros hermanos, y en tanto que son diversos y únicos para cada hijo de Dios, pudiendo ser usados de diferentes formas, y en el desarrollo de ministerios diversos dentro de la iglesia, todos y cada uno de ellos provienen de la gracia del Espíritu Santo. Él escoge el don que cada creyente recibirá, de tal forma que cada uno, usando sus habilidades recibidas en beneficio de sus hermanos, cree un beneficio mayor, resultado de la comunión fraternal entre cada hermano.
Recuerda, la práctica de lo que el Señor quiere que edifiquemos en Su Nombre, pasa por usar activamente en nuestra realidad diaria, los dones que por la gracia de Su Espíritu, hemos recibido. Al ejercer, con perseverancia y compromiso, tan preciado tesoro recibido de Nuestro Padre de los Cielos, seremos sembradores efectivos de Su Reino, edificadores constantes de Su Palabra y Guerreros de la fe, aptos para atraer a otros a sus caminos y cumplir el plan y la voluntad de bien, que con amor y cuidado el ha trazado para cada uno de sus hijos.
Señor, permíteme edificar para Tu Reino, con los dones que por la gracia de Tu Espíritu me han sido dados. Que no decaiga en este ministerio y pueda devolverte con mi esfuerzo y mi servicio, algo, aún cuando pequeño, de ese gran amor que cada día me entregas y de las bendiciones que sin condiciones y a manos llenas dolocas en mi vida. En El Nombre de Jesús, Amén.