Nunca se aparten de ti la misericordia y la verdad;. Átalas a tu cuello,. Escríbelas en la tabla de tu corazón;. Y hallarás gracia y buena opinión. Proverbios 3:3-4
¿Te has encontrado alguna vez con una persona que no te permite ser amable con ella? A pesar de tus comentarios o gestos cariñosos, tal vez la persona te insultó o te acusó de que no actuabas con total sinceridad. ¿Cómo deben responder los cristianos a todos quienes no aceptan los intentos de amistad de los demás?
Aunque el Nuevo Testamento contiene varios pasajes que instruyen a los creyentes a practicar la amabilidad y la bondad, lo hace sabiendo que algunas personas se resistirán. Después de todo, rechazaron a Jesús, la Persona más bondadosa y compasiva que jamás haya existido (Lucas 10:16). Por eso Pablo escribe: “Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres.” (Romanos 12:18). ¿Te has fijado en sus dos matizaciones? Primero dice: “Si es posible”. Esto indica que hay ocasiones en las que una relación con otra persona simplemente no será factible. La segunda es «en cuanto dependa de vosotros». Esto significa que debes ir sólo hasta donde te lo permitan los principios que Dios te ha dado. Cuando alguien exige que transgredas los mandamientos del Señor para tener una relación con él o ella, entonces estarás liberada de responsabilidad hacia esa persona.
Aunque puede haber ocasiones en que una relación con otra persona sea imposible, nunca tenemos el derecho de actuar con rencor o mala intención. Seguimos teniendo el deber de ser amables y sinceras, independientemente de lo que nos hagan o de cómo nos rechacen (Lucas 23:34). ¿Por qué? Porque nuestra responsabilidad última es honrar a Dios, y siempre hay otros que lo juzgan por cómo respondemos.
Padre, quiero representarte bien. Ayúdame a ser amable incluso cuando soy rechazada, para que otros puedan ver Tu compasión y amor en acción. En El Nombre de Jesús, Amén.