El rastro del águila en el aire; El rastro de la culebra sobre la peña; El rastro de la nave en medio del mar; Y el rastro del hombre en la doncella. Proverbios 30:19
Isaías 40:31 nos dice: “Los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán”. Isaías no podría haber elegido nada más apropiado para expresar la profunda promesa de esperar en Dios. ¿Por qué? Porque las águilas rara vez baten las alas cuando están en el aire. Si lo hicieran, se cansarían rápidamente y no podrían viajar muy lejos. En lugar de eso, esperan, encuentran la corriente de aire adecuada que las sostenga y se mueven sin esfuerzo por el cielo gracias a la fuerza de la corriente de viento que las transporta.
Qué hermosa aplicación a la vida cristiana. La corriente de viento que puede llevarnos a través de cada prueba y que puedo ayudarnos a sortear las tormentas más intensas de nuestra vida es aquella confianza fortalecida que ponemos en Dios, Nuestro Señor. Cuando nos esforzamos, luchamos e impulsivamente intentamos alcanzar nuestras metas sin Él, nos cansamos de la vida y nos desesperamos hasta lo más profundo de nuestra alma. Tal vez hayas experimentado este sentimiento de agotamiento total, la intensa comprensión de que la vida no puede continuar como está. Todo ello lleva a un desánimo y a una desesperación difíciles de superar.
Pero ésta es la promesa que nos ha hecho nuestro Padre celestial: Cuando esperamos en Él, renovará nuestras fuerzas convirtiéndose en la poderosa fuerza bajo nuestras alas, elevándonos a nuevas alturas, apoyándonos en el viaje y llevándonos al refugio deseado. Así que espera en Él. Ve cómo los maravillosos planes que Dios tiene para ti se hacen realidad esperando que la poderosa corriente de Su Espíritu te apoye y te dé poder, tal como el torbellino por alturas inimaginables . Cuando asi lo hagas, El Todopoderoso ciertamente te llevará al destino correcto de una manera que no te cansará, sino que te dará plenitud, propósito y alegría.
Padre, esperaré en Ti. Gracias por renovar mis fuerzas y llevarme a nuevas alturas a través del poderoso poder de Tu Espíritu. Que por medio de Él, pueda superar cada adversidad y cumplir fielmente el propósito al cuál me has llamado. En El Nombre de Jesús, Amén.
