Hombre necesitado será el que ama el deleite, Y el que ama el vino y los ungüentos no se enriquecerá. (Proverbios 21:17)
¿Significa el versículo de hoy que el Señor no quiere que experimentes nunca ningún placer? En absoluto. De hecho, el Salmo 16:11 promete: «En tu presencia hay plenitud de gozo; en tu diestra hay placeres para siempre». Más bien, Proverbios 21:17 aborda el problema de entregar tu vida a la búsqueda de gratificación en lugar de a Dios. Cuando tus deseos se convierten en tu centro de atención, empezarás a hacer concesiones para satisfacerlos y acabarás actuando de un modo que contradice tus creencias fundamentales, y todo aquello que el Señor espera de Ti. Los pasos hacia la desobediencia empezarán siendo pequeños, pero se acelerarán rápidamente y te llevarán en una dirección muy definida: alejarte de Tu Padre de los cielos.
Con el tiempo, desarrollarás una actitud en la que todo vale, lo que provocará el caos en tu vida y en tus relaciones. Te volverás cada vez más susceptible a la presión del grupo, y tu desobediencia a Dios aumentará, al igual que tu debilidad espiritual y tu desánimo. En última instancia, perderás totalmente de vista al Padre, lo que significa que perderás la paz, la alegría y la fuerza, y ya no serás capaz de manejar las tormentas que lleguen a tu vida.
Por ello te animo: ¡no dejes que eso ocurra! Recuerda quién eres en Cristo. ¡Eres hijo del Dios vivo! El Espíritu de Dios te ha sellado como Su amado, y te enseña a vivir en la libertad de Su promesa de salvación. No tienes motivos para perseguir placeres temporales ni para transigir. Así que no lo hagas. No hagas nada que pueda atraparte en el tobogán descendente. Más bien, mira hacia arriba y ve todo lo que Dios te ha prometido si le obedeces.
Señor, ayúdame a reconocer las formas en que mis deseos se intenten apoderar de mí. Libérame, Padre, de todos caminos que me alejen de Ti. En El Nombre de Jesús, Amén.