Adquiere sabiduría, adquiere inteligencia; No te olvides ni te apartes de las razones de mi boca; No la dejes, y ella te guardará; Ámala, y te conservará. (Proverbios 4:5-6)
¿Has sufrido alguna vez una dolencia, un problema o una tragedia que podría haberse evitado fácilmente? Es normal echar la vista atrás y desear haber hecho las cosas de otro modo. Por supuesto, eso no es posible en todos los retos y pruebas a los que te enfrentas, pero muchas veces puedes -mediante la oración y la preparación- evitar que surjan nuevas situaciones que te lleven a los errores pasados que tanto sufrimiento te causaron.
Considera la historia de las diez vírgenes de Mateo 25:1-13. Cinco de las jóvenes prepararon sus lámparas para la llegada del novio y cinco de ellas no lo hicieron. Cuando el esposo las llamó, sólo las cinco que estaban preparadas pudieron ir con él y disfrutar de la celebración. Las otras cinco quedaron excluidas. Por supuesto, Jesús contó esta parábola para ilustrar la importancia de estar preparados para Su regreso. Pero esta parábola también demostró lo crucial que es para nosotros mantener una relación constante y diaria con Él, tener un suministro constante del aceite de Su presencia para iluminar nuestro camino.
A menudo, esperamos a clamar a Él hasta que nos encontramos en medio de una emergencia. Aunque es bueno acordarse del Señor cuando se está sufriendo, ¿cuánto mejor es caminar con Él antes de que sobrevenga el desastre, fortalecidos para lo que venga y, posiblemente, incluso evitando la adversidad por completo? Es increíble la cantidad de angustias que podrías evitar si le escucharas y le obedecieras a diario.
Así que no esperes para invocarle. Pasa tiempo con el Padre hoy y deja que te guíe y te fortalezca para el camino que tienes por delante. Él te conducirá con seguridad más allá de los escollos, y cuando te enfrentes a una prueba, no tendrás que temer porque sabrás con certeza que Él está contigo.
Padre, gracias por protegerme y prepararme. Instrúyeme y fortaléceme cada día para el camino que tengo por delante. En El Nombre de Jesús, Amén.