No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. (Gálatas 6:7)
Lo que hacemos, las decisiones que tomamos, tienen consecuencias terrenas y eternas. Afectan directamente a nuestra relación con Dios y con nuestro prójimo. Lo que produzco es lo que cosecharé. Lo que siembro vuelve a mí, es una verdad invariable de la vida, que Dios ha colocado en nuestra realidad humana. No hay forma de escapar a una mala cosecha si he sembrado mal.
Una buena manera de sembrar semillas excelentes, es decir, valores, actitudes y aptitudes edificantes en nuestras relaciones es no hacer a los demás lo que no te gustaría que te hicieran a ti; “Y como queréis que hagan los hombres con vosotros, así también haced vosotros con ellos”. (Lucas 6:31). Así que ama, perdona, comprende, respeta, admira, alaba, sé generoso, amable y produce el fruto del Espíritu Santo en tu vida: “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe”. (Gálatas 5:22). ¡Haz a los demás lo que te gustaría que te hicieran a ti!
Es importante recordar que una buena cosecha no depende de la actitud de los demás hacia nosotros. Sí depende, en cambio, de nuestras elecciones, de vivir una vida de obediencia a Dios, haciendo siempre lo correcto, que por supuesto agrade a Su voluntad. Tenemos la tarea de sembrar cosas buenas, independientemente de quienes siembren cosas malas. Si consideramos la Palabra de Dios con amor y amamos a nuestro prójimo como a nosotros mismos, sin duda tendremos una cosecha hermosa, maravillosa y bendecida. Recogeremos frutos verdaderos y duraderos y tendremos una vida victoriosa y abundante.
¡Que Dios nos ayude a sembrar con eficiencia y eficacia, siempre para el fruto que de gozo al Rey de los cielos y la tierra! de forma que vivamos enteramente, siempre, por Él y para Él. ¡Que nunca olvidemos amar a Dios sobre todas las cosas y a nuestro prójimo como a nosotros mismos!
Señor, coloca en mi corazón todo lo bondadoso, amable, y afectuoso que Te agrade para que pueda yo sembrar el bien que esperas de mi, y en Tus tiempos, cosechar las grandes bendiciones que con fidelidad entregas a los que con total compromiso, se entregan a Ti. En El Nombre de Jesús, Amén.