Escucha:
“Alabad a Jehová, porque él es bueno, Porque para siempre es su misericordia. Alabad al Dios de los dioses, Porque para siempre es su misericordia. Alabad al Señor de los señores, Porque para siempre es su misericordia. Al único que hace grandes maravillas, Porque para siempre es su misericordia” (Salmos 136:1-4)
Piensa:
El mundo actual pasa por uno de sus momentos más difíciles, sobre todo pensando en la revolución tecnológica que ha dado a las personas un sentido de inmediatez y de reemplazo que resultan abrumadores. Se producen en masa millones de artículos que son rápidamente desechados: botellas de agua o gaseosa, platos de papel y hasta en muchos casos artículos como los electrónicos, teléfonos celulares, tabletas se cambian con mayor frecuencia que la que dictan sus tiempos esperados de uso.
Esa cultura descartable, tomada de tal revolución tecnológica, se ha trasladado negativamente a las relaciones humanas. Muchas veces, el compromiso genuino en las relaciones interpersonales se considera opcional; los matrimonios luchan para sobrevivir; los empleados de larga data son despedidos antes de que se jubilen, para contratar otros con un salario menor; un atleta sumamente apreciado se va para competir en otro equipo. Parece que nada dura.
En ese contexto, es importante retormar la esencia que nos define, nuestra relación con Dios y difundir el mensaje no sólo de sus promesas de misericorida y bondad, sino de su permanencia constante junto a nosotros.
El vacío que se llena momentáneamente con un recurso material, que al poco tiempo es descartado, no da la paz y tranquilidad que el hombre necesita. Esa paz viene de Dios y se obtiene buscando de Él y siguiendo su palabra.
Por ello instemos a buscar del Señor y llenar esos vacíos que aquellos poseen en Él. Que ellos tomen la decisión y asuman el compromiso, bajo la promesa de que junto a Dios nunca estarán solos.
De nuestra parte, continuemos agradeciendo la obra y bondad del Señor para nosotros. Celebremos como en la escritura de hoy ese Dios inmutable que nos bendice diariamente con su obra y cuidado. Porque como lo dicta el salmo 136, Ya sea que se trate de la maravilla de su creación (vv. 4-9), el rescate de su pueblo (vv. 10-20) o el tierno cuidado de los suyos (vv. 23-26), podemos confiar en Él porque su misericordia nunca falla.
Ora:
Señor, Gracias por las bendiciones que me regalas, por Tu bondad y por Tu misericordia en cada circunstancia. Dame la sabiduría para abrir el corazón de aquellos que no te han aceptado, de manera que puedas iluminar sus caminos y darles la paz que el mundo no puede y que sólo Tú brindas. Amén.