Devocional:
El cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios. (2 Corintios 1:4)
La realidad:
2 Corintios 1:4 nos refrenda la maravillosa verdad de que Dios es el Padre compasivo y el Dios de todo consuelo. En nuestros momentos de dificultad y sufrimiento, podemos acudir a Él en busca de aliento y fortaleza. No está distante ni es indiferente, sino que extiende sus brazos amorosos para estrecharnos y proporcionarnos el consuelo que necesitamos.
Como seguidores de Cristo, hemos escuchado muchas veces una revelación que hasta nos parecería repetitiva, la cual es: no se nos promete una vida libre de sufrimiento, pero sí se nos promete la presencia de Dios con nosotros en medio de nuestro dolor. Sin embargo, repetirla constantemente, nos hará no olvidarla en el día malo, en el día de prueba. Recordemos que como seres humanos, el dolor nos afecta de una forma en que podemos perder la noción del momento, caer en la duda y en el miedo y de ello perder toda esperanza.
Ais que, recordemos siempre que cuando nos enfrentamos a circunstancias difíciles, podemos confiar en que Dios está con nosotros y que comprende nuestras luchas. Podemos encontrar auxilio y amor infinito en su presencia y la certeza de saber que todo lo hace por nuestro bien.
Que acudamos a Dios en nuestros momentos difíciles y encontremos consuelo en su morada de bienestar y de paz, cubiertos bajo su sombra (Salmos 91:1) Que confiemos en su bondad y fidelidad, incluso cuando los retos de la vida nos parezcan abrumadores. Y que podamos ofrecer a los demás la misma compasión y consuelo que hemos recibido de nuestro Padre Celestial.
Declarando la promesa:
Hoy declaro que Tu, Señor, eres mi consuelo, mi auxilio y mi fortaleza, y me propongo, no temer en medio de las dificultades que enfrente, sino confiar en Ti. Y. luego, de la paz y el aliento que Tu me brindes, consolar a otros a mi alrededor, a que se mantengan firmes en Ti.
Oración
Padre Celestial, te damos las gracias por ser un Padre de amor, compasión y consuelo. Acudimos a ti en nuestros momentos de angustia y sufrimiento, buscando tu abrazo amoroso y la paz vedadera que solo Tu puedes brindarnos. Ayúdanos a confiar en tu bondad y fidelidad, incluso cuando nos pensemos, sólos remando en contra de la corriente. Te pedimos que nos fortalezcas y nos des valor para afrontar cualquier desafío que se nos presente.
Que también extendamos a los demás la misma compasión y consuelo que hemos recibido de ti. Ayúdanos a ser una fuente de aliento, auxilio y apoyo para los que están sufriendo, señalándoles el camino hacia tu abrazo amoroso, que es el que verdaderamente sana. Te damos gracias por tu presencia con nosotros siempre, y por la esperanza que tenemos en Tus promesas perfectas. En su nombre de Jesús, Amén