3 Beneficios de contar nuestras bendiciones.
Cómo concentrarte en reconocer y contar las grandiosas bendiciones, que por simples, a veces perdemos de vista, puede reducir tus problemas, y abrir Tu corazón al regocijo y agradecimiento a Dios por Su inmensa bondad.
1. Compara y contrasta
Si simplemente haces una lista y escribes tus bendiciones en la parte izquierda de una columna, verás que hay muchas cosas por las que estar agradecido. Asegúrate de anotar desde lo más sencillo hasta lo más complejo: la cama de dónde te levantaste, el despertar un día más, el poder valerte por ti mismo, Tu familia, Tus amigos. Ahora, escribe tus problemas en el lado derecho. Tu lista debe parecer desigual. Incluso los problemas enumerados en el lado derecho, como un percance menos de salud, problemas en nuestras relaciones o alguna falta económica, no reemplazarían la alegría de tener las bendiciones que comentamos al inicio.
2. ¿Qué es temporal y qué es permanente?
Mira la lista de bendiciones y observa cuántas de ellas son permanentes. Ahora mira la lista de problemas que tienes ahora mismo y comprueba cuántos de ellos son permanentes. Lo que debes observar es que la mayoría de las mayores bendiciones no pueden perderse, pero todos los problemas desaparecerán algún día, y lo mejor de todo es que quién lucha contigo ante esas dificultades, es el mejor guerrero con el que podrías contar, un Padre amoroso que no duda en sostenerte en sus brazos, confortarte en Tus angustias, y librarte según su voluntad, que será siempre buena, agradable y perfecta aún cuando requiera de nosotros, tal vez, en algunas ocasiones, una fortalecida paciencia y una sólida fe.
3. Dios nos da pruebas de Su cuidado
Jesús dijo que “la vida es más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido” (Lucas 12:23), así que “no te preocupes por tu vida, por lo que comerás; ni por tu cuerpo, por lo que te pondrás” (Lucas 12:22). Nunca veréis a un cuervo sembrar ni segar, y sin embargo ni uno solo de ellos pasa hambre y ¿no sois vosotros mucho más valiosos que ellos” (Lucas 12:24)? Si buscamos primero el reino y, más concretamente, al Rey del reino, Dios se ocupará de todo lo demás que podamos necesitar (Mt 6:33). Que mayores pruebas del amor de Nuesro Padre Celestial, que sus promesas infalibles y eternas. Tengamos en esas promesas la más grande bendición, El Señor nos acompaña y nos libra, incluso antes de que lleguen las dificultades, prometiéndonos su fuerza, su fidelidad y su apoyo cuando nuestras fuerzas, humanas y limitadas ya no nos puedan, permitir, continuar avanzando.
Conclusión
Dios no olvida, ni está ausente, no deja a sus hijos, ni los desampara. Con ellos ha sido bondadoso y día a día, en las cosas más pequeñas, abre las puertas de su amor, para que con ojos de fe, las veamos, apreciemos y hallemos la fuerza para saber que Él está presente en cada paso, sosteniéndonos, guiándonos y preocupándose por nuestra provisión y nuestro bienestar.
Vamos: ¡ Cuenta todos los días, tus bendiciones!