Devocional:
Mi carne y mi corazón desfallecen; Mas la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre. (Salmos 73:26)
Asumir nuestras limitaciones nos hace reconocer lo que Dios ha hecho por nosotros. Cuando comprendemos que todo procede del Señor, nos damos cuenta de su cuidado.
Reconocer nuestra debilidad no es una justificación para nuestros errores o desvíos de los caminos de Nuestro Padre Celestial, sino un motivo para buscar aún más de Su Amor.. Cuando no reconocemos el poder del Señor o por alguna causa u otra obviamos su grandeza, tenemos la falsa impresión de que todo lo hemos obtenido por nuestras propias fuerzas, cuando, en realidad, todo lo que recibimos es por la gracia de Dios.
La herencia de la Salvación fue otorgada por la gracia de Dios y ningún esfuerzo podría pagar el precio pagado en la cruz. La fuerza de nuestro brazo es limitada, ¡pero la fuerza que viene de Dios nos impulsa a realizar grandes cosas!
La Palabra Aplicada:
¡Con Dios hacemos más!:
* Reconoce tus limitaciones, respétate a ti mismo. Comprende que todo lo bueno viene de Dios.
* Encuentra fuerza en la Palabra de Dios. Es eficaz para refrescar nuestra alma y renovar nuestras fuerzas.
* No te sientas débil, El Señor está contigo y ha prometido caminar de la mano de Sus hijos. Busca en la fuente verdadera, ora por y en Tu aflicción.
Señor, Tú eres mi fuerza. Cuando me siento débil, Tu Palabra me renueva mis energías y aumenta mis esperanzas. Te estoy agradecido, porque sé que Tu mano me ha sostenido. Aún cuando en muchas oportunidades no lo he percibido. Gracias Señor, por Tu amor.