Versículo:
Anhela mi alma y aun ardientemente desea los atrios de Jehová; Mi corazón y mi carne cantan al Dios vivo. Aun el gorrión halla casa, Y la golondrina nido para sí, donde ponga sus polluelos, Cerca de tus altares, oh Jehová de los ejércitos, Rey mío, y Dios mío. (Salmos 84:2-3)
Comentario:
La alegría y el placer también están relacionados con las condiciones en las que nos relacionamos con nuestro Dios. Sabemos que es un Dios personal que interactúa con quienes lo buscan, por lo que no depende de un lugar específico, de un momento o de nuestras circunstancias, sino de un corazón humilde dispuesto seguirle y servirle.
La seguridad de su presencia hace que el lugar de encuentro con sus siervos sea el más tranquilo del mundo. Hasta el punto de recibir a los pájaros más inquietos para construir sus nidos.
Pero el salmista también expresa su naturaleza de siervo; habla de cómo su corazón -su ser- estaba esperando ese momento. En su necesidad espiritual, se compara con los seres inquietos, pero en su fe, se declara confiado en la presencia y la acción de Dios en su vida: “Rey mío, y Dios mío.”
¿Quieres un lugar seguro?
¡Encuéntrate con Dios!
Oración:
Señor, que no busque seguridad en las cosas del mundo, sino en Tu presencia que es lo único que puede darnos la verdadera paz, tranquilidad y valor que necesitamos para caminar siempre en Tu grandiosa voluntad.