Versículo:
El provee de sana sabiduría a los rectos; Es escudo a los que caminan rectamente. (Proverbios 2:7)
Comentario:
Este capítulo describe una conversación entre Dios y su siervo Salomón, y en esta conversación, el Señor deja claro que las actitudes adoptadas por el hombre serán decisivas en su vida y pueden influir positiva o negativamente en ella. Salomón continúa describiendo que la acción de Dios tiene que ver con el interés del siervo, el hombre, por lo que la creación del diálogo y su mantenimiento están directamente vinculados a nuestro deseo de conocer y recibir de Dios las pautas de la vida.
Salomón utiliza la figura del “escudo” para mostrar cómo actúa la relación continua y verdadera entre el Señor y el siervo en la vida de éste. Un corazón sincero, que realmente desea sentir a Dios y conocerlo continuamente, tiene la condición exacta para vivir plenamente esta relación.
No basta con que el hombre busque a Dios sólo en momentos agudos de dolor o pérdida, es evidente que Dios le escuchará e incluso le ayudará, pero quien actúa así se pierde la característica más profunda de Dios: su personalidad, su deseo de estar presente en nuestra vida en todo momento.
La sinceridad es una actitud que entrelaza nuestra vida con Dios, que nos une y nos hace crecer.
Oración:
Señor, dame un corazón deseoso de buscarte en todo momento y seguirte sin importar la situación. Amén.