Una oración para combatir la tristeza y el desánimo.
Señor, en mis tristezas clamo a Ti para que me hagas sentir amado. Hazme fiel a Tus mandatos para encontrar en ellos la fuerza para no sentirme derrotado. Ven a mi vida y pasa Tu mano sanadora, sana todas las heridas que me dejó el ayer. Llena de fuerzas mi corazón y ayúdame a derribar esos muros de soledad, que en las pruebas difíciles, por dudar en mi fe, he construído en mi interior. Mi vida está en Tus manos Padre.
Aunque la higuera no florezca, Ni en las vides haya frutos, Aunque falte el producto del olivo, Y los labrados no den mantenimiento, Y las ovejas sean quitadas de la majada, Y no haya vacas en los corrales; Con todo, yo me alegraré en Jehová, Y me gozaré en el Dios de mi salvación. (Habacuc 3:17-18)
