Vesículo:
Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios. (Romanos 10:17)
Comentario:
La fe es una experiencia tan intensa que supera cualquier comprensión o sabiduría humana. Es muy común que la sociedad asocie a las personas que profesan una fe evangélica con un bajo grado de educación, o incluso con ignorancia cultural.
Pero la verdad de esta fe no está ligada a ningún tipo de conocimiento humano, es decir, la fe en Cristo -como Salvador- es capaz de llegar a cualquier persona independientemente de su condición social, económica o intelectual.
Si no fuera así, ¿qué pasa con los grandes hombres y mujeres que se vieron afectados por el impacto del evangelio?
La cuestión que implica la experiencia de la fe está relacionada con lo que la persona vive en su corazón (centro de sus emociones) en conjunción con todo lo que entiende en su mente (centro de su razón).
Así, la fe en Cristo supera todos los valores humanos, da paz y consuelo a nuestro corazón y arroja luz sobre nuestro entendimiento. La palabra que genera una fe genuina y salvadora es la que viene del Señor, que encuentra un lugar y florece en el corazón del hombre que la busca, no la que viene de los hombres que buscan otros intereses.
Oración:
Señor, crea en mi una fe genuina que nazca de Tu Palabra y que florezca en mi corazón y guíe mi vida, siempre por las sendas de Tu voluntad maravillosa, benevolente y amorosa.
