Escucha:
Pero Noé halló gracia ante los ojos de Jehová. (Génesis 6:8)
Piensa:
Noé fue un hombre que le agradaba a Dios. Nosotros somos alguien que agrada a Dios o que le produce dolor. ¿Cuáles son los requisitos para ser un placer para Dios, para disfrutar de una relación íntima con el Señor?
En primer lugar, debemos averiguar cómo podemos ser un placer para el Señor. A veces en realidad queremos agradarle, pero no nos molestamos en averiguar cómo hacerlo. Estamos mucho más interesados en cómo Dios nos puede agradar a nosotros. Lo primero que le agrada a Dios es nuestro comportamiento correcto; nuestra manera recta de vivir aun cuando nadie alrededor de nosotros se esté comportando bien.
Noé fue el único hombre verdaderamente recto que vivía en la tierra en aquel tiempo (Génesis 6:9), porque Noé conocía y entendía a Dios. No era fácil. Es difícil ser la única persona que agrada a Dios cuando todos los demás no se preocupan por hacerlo. ¿Cómo era la sociedad en la que vivía Noé? El crimen iba en aumento “porque todos en la tierra eran corruptos” (Génesis 6:12). Dios vio que la tierra estaba totalmente corrompida. Noé caminanba de la mano de Dios mientras que el resto eligió la amistad del diablo. Sin embargo, Noé trató de conducir siempre sus asuntos según la voluntad y los mandamientos del Señor (Génesis 6:9, 22).
¿Nos importa más agradarle a Dios que agradar a otras personas o agradarnos a nosotros mismos? ¿Vemos al mundo lleno de personas corruptas y nos apartamos o ponemos de su lado? Cuando Dios nos mira, ¿somos un placer para él o un dolor?
¡Elijamos siempre como Noé, hallar la gracia ante los ojos de Jehová!
Ora:
Señor, que mi comportamiento sea para Ti un motivo de alegría y no de tristeza, y que pueda servirte siempre coforme a lo que Tu deseas y esperas de mi, para buscar y hallar, como Noé, desde mi obediencia y disciplina contigo y con Tu Palabra, la gracia ante Tus ojos. Amén.