Versículo:
Guarda tu lengua del mal, Y tus labios de hablar engaño. Apártate del mal, y haz el bien; Busca la paz, y síguela. (Salmos 34:13-14)
Comentario:
Nuestra forma de hablar refleja lo que pensamos de la vida, por lo que es fundamental saber controlar el impulso cuando nos expresamos sobre algún tema o persona. El salmista aborda el peligro del mal uso del lenguaje, representado aquí por nuestro comportamiento al hablar.
Todos nosotros, en algún momento, hemos recibido ya un comentario negativo o malvado sobre nosotros mismos y sabemos bien cómo esta situación puede incomodarnos o irritarnos; incluso si adoptamos una posición de ignorar los hechos, éstos traerán amargura a nuestros corazones.
La mayoría de las veces, tendemos a reaccionar de la misma manera y con mayor intensidad a la de aquel que nos afectó, es como si dijéramos: “¡él verá lo que es bueno!”; pero esta postura termina generando más maldad y esto puede terminar creando un círculo interminable.
Los consejos presentados en el texto de hoy deben hacernos reflexionar seriamente sobre la oportunidad de romper este círculo y detener este mal; al negarnos a usar nuestro lenguaje para promover el mal, incluso que contra nosotros, estamos actuando para el bien y para la paz.
No sabemos dónde está la paz ni cómo lograrla, pero nos corresponde a nosotros buscarla y actuar en favor de su promoción; una actitud maligna, producida por un comentario o una palabra, puede ser aún más negativa. Pero una buena palabra y tal vez un silencio providencial pueden tener efectos más significativos y duraderos porque pueden generar paz.
Oración:
Señor, pon en mis labios palabras que levanten, que ayuden y transmitan Tu bien y Tu paz a aquellos que me rodean.