Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan. (Hebreos 11:6)
Señor, gracias porque a pesar de Tu “no” o “espera” o incluso de Tu silencio, sabes lo que es mejor para mí y prometes trabajar por mi bien eterno, no sólo por mi satisfacción temporal. Gracias porque se que en todas las situaciones fuera de mi control, me entregas una lección que debo aprender para ser transformado en aquello que esperas de mí.
Las Escrituras dicen que sin fe es imposible complacerte, así que elijo creer y confiar en que Tú tienes todo bajo control. Gracias por ser un Padre bueno, amoroso y siempre presente que no dejará que nada que no haya pasado por Sus manos poderosas, llegue a mi camino. Amén.