Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca; sino la que sea buena y sirva para edificación, para que dé gracia a los oyentes.(Efesios 4:29)
Las palabras son por excelencia los códigos de nuestra expresión, la utilización de ellos puede determinar la dirección y el resultado final de una acción. Ellas son como clavos incrustados en un pedazo de madera, una vez insertos, si los retiras siempre dejan una huella imborrable. En ese sentido, hagamos buen uso de las palabras, expresándonos de manera positiva, mostrando amor para con nuestro prójimo, usando palabras que incentiven a las personas a mejorar, siempre dichas con delicadeza y dulzura, esta conducta nos facilitará en gran manera cada paso que demos en nuestro camino.
Señor, Atiende a nuestro clamor, guíanos en la dirección exacta para tener una buena comunicación con nuestros semejantes, que cada palabra empleada surta efectos positivos tanto en la vida del prójimo, como en nuestra propia vida. Llévanos cada día a mejorar los aspectos de la vida para agradarte y hacer tu voluntad para glorificarte.