Calidad Sobre Cantidad:
Recuerdo cuando los trabajadores de mantenimiento del gobierno local de mi ciudad, laboraban frente a mi casa recogiendo los desechos y cortando las áreas verdes cercanas. Era un día muy caluroso y decidí llevarles algunas botellas de agua fría. Me llegó a la cabeza la lección que nos da Mateo 10:42: “Y cualquiera que dé a uno de estos pequeñitos un vaso de agua fría solamente, por cuanto es discípulo, de cierto os digo que no perderá su recompensa”. Pero no por el hecho de que repartiera a los trabajadores agua, como en el mensaje se ofrece agua los discípulos, o porque obtendría alguna recompensa, sino por el mensaje más importante que nos deja la escritura: no es significativo cuanto tienes sino como usas lo que tienes para ayudar en un momento dado a aquellos que lo necesitan. Probablemente no era mucho lo que podía ofrecer en ese momento a los trabajadores, pero un vaso de agua fría en medio de aquel ardiente sol, estoy seguro lo necesitarían.
Consciente de la necesidad ajena, Compartiendo lo poco, se gana en abundancia:
Santiago 2:15-16 menciona: “Y si un hermano o una hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día, y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha?” Es decir, si estás consciente de alguna necesidad de otro, sin importar tu situación, debes buscar espacio para compartir en lo que puedas, compartir lo poco en escasez para honrar a Dios, que a final de cuesta ya significa ser, en respuesta, acobijado por su amor y cuidado.
Jesús dijo que aquello hecho a tu hermano, sería al menos hecho también a Él: “ Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis” (Mateo 25:40). Así hagamos el bien a otros y estaremos en consecuencia obrando con el bien en El Señor.
Invirtiendo tus dones:
Una de las más grandes verdades de Dios, es que nos ha hecho únicos y nos ha dotado con hermosos dones que se reflejan en nuestras actitudes, talentos, capacidades y habilidades.
Cuando somos capaces de invertir parte de ellos a hacer la diferencia, estamos hablando a través de las acciones sobre cuán grande es nuestra fe en el Señor. Romanos 12:6 establece: “De manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe”. Usemos entonces nuestras capacidades tanto para reflejar la gracia del Señor en nosotros como para retornarle a Él en medida de nuestra fe, el amor que continuamente y sin límites siempre nos regala.
Conclusión:
Hagamos la diferencia, de forma gradual, usando con desprendimiento nuestros dones para el beneficio de lo que nos rodean. Recuerda, no se trata de cuanto tienes, se trata de lo que haces con eso que te ha sido provisto por Dios.