Escucha:
Porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan. (Mateo 7:13-14)
Piensa:
¿Alguna vez ha sido usted acusado de ser un cristiano de mente estrecha? Quienes nos acusan de tal cosa lo hacen con el fin de insultarnos. Pero, según Jesús, ese es el único camino si queremos tener la vida abundante ahora, y la eterna con Él en el cielo. Pero será necesaria una decisión deliberada de nuestra parte, porque nadie toma ese camino de manera automática.
El camino ancho es fácil de hallar. De hecho, a menos que usted tome la decisión consciente de evitarlo, se encontrará en él. A la mayoría de la gente le gusta este camino ancho, porque incluye a todas las filosofías y formas de pensar. Todo es aceptable, y la “verdad” de cada quien es válida. Parece incluso el camino del amor, porque nadie es dejado afuera. No hay restricciones, y la libertad es ilimitada.
Quienes van por este camino no se dan cuenta de que es un descenso en picada a la perdición. Todas las promesas de satisfacción que da terminan al final en frustración, porque es un camino sin Dios. Pero quienes entran por la puerta estrecha de la fe en Cristo, encuentran la paz y el gozo de una relación con Aquel que satisface el corazón. La puerta es pequeña, porque la verdad guarda la entrada. El camino es estrecho, porque el Señor nos protege con límites prudentes.
¿Por cuál camino está yendo usted? No se puede tener un pie en cada uno, porque van en direcciones opuestas. Cuando usted tolera todo, está yendo a la perdición. Pero cuando elige el camino estrecho es cuando comienza a disfrutar de la vida realmente.
Ora:
Señor, que no caiga en el camino ancho que me aleja de Ti, sino que pueda andar siempre por el camino estrecho que me lleva a disfrutar de Tu presencia, amor y cuidado.