Mucha paz tienen los que aman tu ley, Y no hay para ellos tropiezo. (Salmos 119 165)
Señor, aparta de mi vida los dolores del pasado y las incertidumbres del futuro, llename de tu paz, aprendiendo a perdonar, comprendiendo la bondad de tus planes y la perfección de tus tiempos, confiando siempre en tu grandioso poder. Amén.