Escucha:
Donde no hay visión, el pueblo se extravía, ¡dichosos los que son obedientes a la ley! (Proverbios 29:18)
Piensa:
¿Cuál es el sueño que Dios puso en tu corazón? No estoy preguntando si tienes uno, ya sé que está ahí porque Dios nos da a todos sueños.
He visto personas hacer todo tipo de cosas a sus sueños. Algunos los entierran tan profundamente en sus corazones para protegerlos de la crítica de otros. Algunas personas los dejan de a un lado para no tener que pensar en ellos nunca más. Y algunas personas finalmente abandonan sus sueños porque duele demasiado continuar con ellos.
Si tu sueño necesita un comienzo, hay dos cosas que quiero que recuerdes. Primero, necesitas obtener una visión clara, y segundo debes mantener tu visión frente a ti en todo momento.
Pero tener una visión no significa que aparecerá instantáneamente. Dios está tan interesado en el proceso de una visión como también al resultado final.
El apóstol Pablo dijo en Filipenses 4: 11-13 que había aprendido cómo estar contento y satisfecho hasta el punto en que no estaba perturbado por cualquier estado en el que estaba. En otras palabras, nunca se permitió enojarse con dónde se encontraba en ese momento… siempre estaba a la expectativa de donde podría estar.
Eso significa que tú como Paul, necesitas encontrar un equilibrio entre la satisfacción y ambición. Aquí está la clave: aprende a disfrutar de dónde estás en el camino a dónde vas.
Cuando tienes un sueño o una visión, debes mantenerlo delante de ti. Si esto ayuda, escríbelo. Y recuerda, Dios te ayudará a vivir el sueño que te ha dado, paso a paso, un día a la vez.