Escucha:
“Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer. (1 Juan: 17-18)”
Piensa:
Asistí a una dinámica de grupos en la que pidieron al grupo dibujar cuatro cajas en una hoja de papel. En la primera escribimos la palabra “pasión”, y fuimos invitados a agregarle aquellas cosas que nos motivaran o nos dieran satisfacción hacer. En la segunda caja debíamos escribir las palabras “Bueno en” y listar aquellas cosas en las que sentíamos teníamos buenas habilidades. En la tercera caja nos solicitaron agregar “Siempre Hago” y anotar las actividades que teníamos por rutina. Por último en la cuarta caja al lado de las palabras “Creo en” debíamos escribir las cosas que valorábamos y que nos guiaban en nuestro obrar diario.
Al final de la dinámica el facilitador nos comentó que todo lo que habíamos escrito, eran los dones que Dios nos había regalado a cada uno. En el instante siguiente nos preguntó: “¿Qué piensan hacer con todos esos dones? Qué tal si empiezan por usarlos en beneficio de su comunidad”
Cuando elegimos seguir el ejemplo de Jesús, usando nuestros dones en beneficio del mundo, damos vida al Señor en nuestros corazones y ya no hay voces que puedan poner en duda su grandiosa existencia.
Ora:
Señor, tu que eres fuente de todos nuestros dones, dame la fuerza y el coraje para usar aquellos que me has regalado en beneficio de mis hermanos; dame también la sabiduría para hacerlos reconocer los suyos y que los usen a su vez en la ayuda de otros.