Escucha:
“A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos” (1 Timoteo 6:17)
Piensa:
Cuando era pequeño y requería de alguna cosa, acudía a mi padre quien siempre dentro de sus posibilidades y de la naturaleza de mi pedido, hacía lo posible por satisfacer mis necesidades. Ya de adultos tenemos la independencia de conseguir nuestros objetivos y ser suficientes para alcanzar aquello que requerimos en un momento dado.
No obstante siempre habrán necesidades mas allá de nuestras propias capacidades, acontecimientos que se vayan de nuestras manos, situaciones que no podamos controlar. El testimonio del Apóstol Pablo a Timoteo nos regala la hermosa promesa de que el Dios vivo, nuestro Dios, nos dará en tales situaciones el alimento en abundancia que necesitemos para cumplir con su propósito para nosotros.
Aquellos con riquezas materiales en abundancia, pueden creerse suficientes para librar cualquier batalla y como menciona Pablo volverse altivos y poner la esperanza en sus propias riquezas. Sin embargo el verdadero hijo del Señor libra la buena batalla de la fe y cree con su corazón, mas que en sus posesiones, en el cuidado del Padre, que siempre de forma incondicional estará presto a darnos el aliento y fortaleza para continuar caminando junto a Él.
Ora:
Señor, Me concedes en abundancia todo lo que requiero para continuar. Cuidas de mi y surtes mis necesidades, dándome la fortaleza para librar mis batallas con la fe puesta en Tú poder y misericordia, Gracias Señor . Amén.