Escucha:
Piensa:
la escritura de hoy, forma parte de las hermosas promesas de que Dios nos mostrará el sendero correcto. No tenemos que dar un paso en falso o andar a tientas con los ojos cerrados. Nuestro Padre celestial está ansioso por darnos sabiduría. Todo lo que necesitamos es pedirla y Él dirigirá cada una de nuestras empresas.
En ciertos momentos, quizá parezca que andamos por un sendero sin inconvenientes. Entonces, por alguna razón, Dios nos redirige hacia una zona desconocida. Puede ser una enfermedad, una crisis en el trabajo o en la escuela, o una tragedia inesperada. No entendemos qué está haciendo.
Abram enfrentó un desvío misterioso cuando Dios le dijo: «Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre» (Génesis 12:1). Sin duda, el patriarca se habrá preguntado por qué el Señor lo guiaba hacia el desierto del Neguev, pero confió en Él y en sus buenos propósitos.
No olvides que podemos equivocarnos, o podemos en un momento dado, dirigirnos a caminos desconocidos, pero podemos confiar en un Dios que no falla (Salmo 22:4). Él nos guiará por todos los desvíos misteriosos y nos llevará donde desea que vayamos.
Ora:
Señor ayúdame a vivir cercano a Tu presencia, atento a tus señales y sensible al sonido de Tu voz. Quiero seguirte, obedeciendo el camino que me labras a través de Tu palabra y confiando en que los senderos a los que me llevas, serán los de mayor bendición para mi vida. Amén.